13 ene 2009

A TODO EL QUE SE SIENTA ANDALUZ

A LOS CIUDADANOS DE ANDALUCÍA

Hubo un cuatro de diciembre en que nuestro pueblo salió a la calle para afirmar un compromiso colectivo con la libertad, para romper con la aceptación resignada de una historia de dependencia y para recuperar nuestra identidad. Aquel día los andaluces se fundieron en el latido unánime de una autonomía que nacía como expresión de nuestros deseos de liberación y prosperidad.

Hoy, más de treinta años después, la Autonomía sigue siendo necesaria para transformar nuestra sociedad, para recobrar el protagonismo de nuestro propio desarrollo, para afianzar Andalucía en la primera línea del conjunto de los pueblos de España. Hemos entreabierto los ojos unos instantes, viendo horizontes de dignificación fundados en derechos históricos. No volvamos a dormirnos en la humillación de nuestra existencia pasada. Demostremos querer para nuestros hijos, los niños andaluces y los que con ellos van, los mismos derechos, las mismas oportunidades y las mismas condiciones de vida que los niños del resto del Estado.

La ruptura del Estado solidario ya es hoy una realidad. Ahora más que nunca Andalucía debe aspirar a las máximas competencias, a codecidir con el Estado en todos los asuntos que son de interés de Andalucía, a organizarnos en comarcas para superar las obsoletas Diputaciones, a una justa financiación sin privilegios, a un reparto equilibrado de las inversiones y por fin, el pago de la deuda histórica.

Andalucía no puede aceptar el modelo de autonomismo asimétrico que por la vía de los hechos se nos pretende imponer desde el juego de alianzas de la política estatal. En ese sentido, proponemos la profundización en los contenidos de la Constitución para la transición desde el Estado de las Autonomías hacia la construcción Federal que garantice la solidaridad entre los pueblos de España.

El nacionalismo andaluz debe ser, en este momento de profundos cambios, una vanguardia movilizadora al servicio de la vertebración nacional del pueblo andaluz, una verdadera fuerza integradora de todos los andaluces del trabajo, de la cultura, de la economía, de la emigración, y de aquellos que luchan por superar una situación de marginalidad.

En la Asamblea de Córdoba de 1919 Blas Infante, defendiendo los derechos de Andalucía al mismo nivel que el resto de pueblos del Estado, afirmó que Andalucía era ya entonces una Nacionalidad: “porque la naturaleza y la Historia hicieron de ella una distinción en el territorio español, porque lo mismo en España que en el extranjero se la señala como un territorio y un pueblo diferente”. Estaba exigiendo “la misma soberanía” para Andalucía que para el resto de los pueblos.



Ante los desafíos del presente, el andalucismo debe aspirar a ser responsabilidad, compromiso y poder. Auténtico Poder Andaluz para devolver a la idea de autonomía la fuerza de esperanza y el potencial de futuro que brotaron aquel cuatro de diciembre de hace treinta y un años en que ondearon las banderas verdiblancas de liberación y solidaridad alzadas por el pueblo andaluz.

En el cumplimiento de esos compromisos el Partido Andalucista tiene que salir al encuentro de todos los andaluces que creen en el futuro de nuestra nación.

Cada andaluz que renuncia a ser libre está atando sin darse cuenta a su tierra. Para esto queremos nuestra libertad, para hacer de Andalucía un pueblo como varias veces fue: el más civilizado de Europa.

El andaluz, a veces duda de si mismo, pero sabe que le miente quien dice que esta reforma sumisa y colonial del Estatuto está a la altura del tamaño histórico de su Nación.

Para los andalucistas ese SÍ a Andalucía que supuso aquel cuatro de diciembre de 1977 sigue vivo.


¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!



Antonio Arredondo García
Secretario Provincial del Partido Andalucista